Tras cuatro días de gripe anímica, donde la energía no me acompañaba, donde no podía pensar con claridad, hoy he despertado más viva, más fuerte, ¿por qué?, no tomé ningún medicamento ni nada parecido. Solo leí algún reportaje y vi algún vídeo de los Punset, y otro vídeo de otro sitio de hacer lo que realmente te gusta, y sobre todo mi firme y claro objetivo de que quiero hacer cosas y quiero disfrutar a cada momento.
Todo eso se fue conmigo a la cama y cuando me he despertado, después de ni se sabe cuantos sueños de aventuras, que claro ahora ya ni me acuerdo, me he levantado con más energía. Me he ido derechita a la ducha, como es mi costumbre habitual y allí he estado a remojo una hora, frotando bien el pelo, la piel, y ha salido toooodo reluciente, suave y perfumado.
Qué extraño es el ser humano, hoy tengo que hacer los montones de cosas que tenía que hacer ayer, los mismos, porque nadie los ha hecho por mi, empezando por lo de la ducha, pero hoy no siento que sean tan tan tan imposibles. Ya he puesto la primera colada, y la oigo sonar desde aquí, y tendré que poner al menos dos o tres más. Si, menudo atasco tengo. Y recoger y limpiar. Y la torre de platos sin fregar; un vasito de leche, al fregadero, otro vasito de leche, al fregadero, otro vasito de leche, al fregadero. Ahí están todos esperando a que los friegue. Quien?, yo, claro.
Bueno, muuuuuchas cosas que hacer, de la casa, del trabajo, de las personas, de todo. Bien, las haré una a una. De lo que va de día ya he hecho cosas importantes que no era capaz estos últimos tres días.
Bien, sigo, yo sigo.
Qué me pide mi interior, mi intuición?. Lo tengo muy claro, lo primero que necesito es limpieza y orden. Me dan la paz base que necesito para emprender tareas y retos mucho más difíciles.
Hace semanas, meses que mi intuición me dice que me deshaga de muchas cosas que veo cada día por casa y no uso ni se sabe hace cuanto. No quiero ni verlas. Reunir fuerzas para quitarlas de mi vista. Prefiero tener el espacio vacío. Me gusta ver dinamismo. Ver que las cosas se usan, sirven.
Me gusta la mesa de mi despacho vacía donde las únicas cosas que haya sean las que uso, el ordenador, la lámpara, las libretas que tienen dinamismo diario y algún pequeño objeto hermoso cerca del monitor, que me haga sonreír. Poco más. Ídem en la cocina, el salón, el dormitorio, el baño, el coche, en todas partes. Si, si, en la mesa del despacho, que es donde paso mayor horas al día lo consigo, pero en el resto debo conseguirlo también. Bueno en el baño y en dormitorio conseguido y llevado al día también. Es cierto.
Sigo, yo sigo adelante, mejorando, avanzando. Pasito a pasito avanzo mucho más.
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